Chile: ¿Basta con gastar más?

 
Las cifras son lapidarias. “Chile gasta mucho menos por alumno que los países desarrollados y exitosos en educación”, “nuestro gasto, como porcentaje del PIB, es mucho menor que el promedio de la OECD”, “los colegios municipales reciben por alumno muchísimo menos que los particulares pagados”, por citar algunas frases aparentemente indiscutibles.
 
Por supuesto yo también pienso que “hay que gastar más en educación”. La pregunta es si el mayor gasto basta para mejorar la situación.
 
En esta discusión creo que es aplicable la diferencia entre micro y macro. El mayor gasto por sí solo puede funcionar a nivel micro, es decir a nivel de colegios o escuelas individuales. Me explico: si a una escuela le va mal, probablemente si aumenta su presupuesto, podrá “levantar” mejores profesores desde otros colegios, tendrá mejor infraestructura, podrá comprar mejores libros y materiales, y lo más probable es que mejore sus resultados.
 
Pero ¿ocurrirá lo mismo a nivel país, es decir, a nivel macro?
 
Recuerdo que el gran e inolvidable Gonzalo Vial, en sus columnas de los martes en el diario La Segunda, permanentemente hacía el siguiente cálculo: “¿Cuánto recibe mensualmente un colegio municipal por cada alumno? $ 30 mil. ¿Cuánto cuesta la colegiatura mensual en un buen colegio particular pagado? $ 300.000. Por lo tanto, concluía Don Gonzalo, obvio: si todos los colegios recibieran $ 300.000 mensuales por cada alumno (o “al menos la mitad o un tercio de eso”, decía el gran historiador y pedagogo), se solucionaría el problema de la calidad de la educación y todas les escuelas serían tan buenas como los mejores colegios privados”. Parece una lógica incuestionable, pero, a pesar de haber sido su seguidor fiel (y seguir siéndolo), en este punto discrepaba y sigo discrepando con él.
 
¿Qué pasa si un gran porcentaje de colegios tiene malos resultados y todos ellos reciben más dinero y salen a contratar a mejores profesores? Es evidente: no habrá buenos profesores para todos. Lo que probablemente sucederá es que los colegios ofrecerán más dinero y, ante la escasez de profesores, simplemente subirán los sueldos y probablemente unos colegios le quiten maestros a otros, pero en promedio el país quedará igual que antes, pero a un mayor costo.
 
Por lo tanto, a nivel macro, global o nacional, el mayor gasto no necesariamente soluciona los problemas. Hay que saber hacerlo. Tal vez haya que traer profesores extranjeros durante un tiempo, otorgar becas a los profesores nacionales para que se capaciten en otros países, mejorar la gestión de los sostenedores y municipios, afinar las políticas de premios y castigos para evitar los círculos viciosos y los incentivos perversos, en fin, hay que estudiarlo y tener el coraje de introducir las reformas necesarias.
 
Recordemos que en los primeros años de los gobiernos de la Concertación se aplicó una simple política de mayor gasto en salud, por citar un ejemplo parecido. ¿Y qué se logró? Que subieran los costos estratosféricamente, pero no que mejorara ostensiblemente su calidad.
 
Por lo tanto, no sigamos metiendo la pata. Hoy el país cuenta con cuantiosos recursos y la tentación de solucionar todo solo con más dinero es atractiva, pero está probado que no basta.