Los detalles del plan nacional de fomento lector que impulsará, por primera vez, el gobierno

Y surgieron decenas de programas como "la mochila mágica", de la Biblioteca de Santiago", o el "casero del libro", de la Dibam.

Muchos están destinados a un mismo público, como la población más vulnerable, ninguno funciona a nivel nacional y tampoco es evaluado. Es uno de los errores que pretende corregir la nueva política de promoción de la lectura, que coordinará, por primera vez, a todos los organismos involucrados: el Mineduc, el Consejo del Libro y la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos.

Bajo la tutela de la División de Educación General del Mineduc estará todo el plan, de manera de evitar pérdida de recursos por programas duplicados. La razón: la DGE dirige las políticas que impactan en las personas por el período más largo de su vida, desde su educación preescolar hasta la superior. Y su nueva jefa, Verónica Abud, fue, por 10 años, directora ejecutiva de la Fundación La Fuente, una de las más activas entidades en promoción de la lectura.

"Buscamos potenciar la capacidad lectora, que es vital para el rendimiento, la vida laboral y el esparcimiento. Para ello, acompañaremos al ciudadano desde su nacimiento hacia el fin de sus días", dice Magdalena Krebs, directora de Dibam.

El plan será presentado al Presidente Piñera en los próximos 30 días.

Seis libros por escolar
Menos de un libro por habitante tienen actualmente las bibliotecas públicas chilenas, cifra bastante lejana a los cuatro ó cinco que poseen en Europa. En los colegios, hay dos libros por niño, mientras en países desarrollados hay 10. Lo mismo ocurre con la infraestructura, ya que, en promedio, las bibliotecas chilenas tienen un tercio de los metros cuadrados que existen, por ejemplo, en España. La idea es desarrollar nuevos estándares para las bibliotecas, de modo de elevar, por ejemplo, el número de libros por niño hasta llegar, en los colegios, a seis libros por alumno. El estándar internacional es una biblioteca cada 20 mil habitantes. En Chile, debido a sus características geográficas, se usa el de una biblioteca por comuna. Sólo hay dos comunas que no tienen instalaciones, pero nadie sabe si la población tiene acceso real a ellas. Por eso, se establecerán nuevos niveles de acceso y viabilidad, para que, en las comunas con población más disgregada, un bibliobús o bibliolancha reemplace a las instalaciones fijas.

Se formarán monitores que fomentarán el hábito lector
"Los quijotes de la lectura" fue un encuentro organizado por el Consejo del Libro hace tres años y permitió capacitar a dos mil encargados de las bibliotecas a nivel nacional. Pero tampoco se evaluó si los conocimientos adquiridos se están aplicando.

Por otro lado, a cargo de las bibliotecas suelen haber funcionarios no especializados. "Muchas veces el que fue castigado en la municipalidad o la escuela es enviado a la biblioteca", dice Gonzalo Oyarzún, subdirector de Bibliotecas Públicas. Algo que constató un estudio que analizó las bibliotecas escolares: un tercio de los encargados de las instalaciones son profesores, un 17% es técnico y otro tercio sólo tiene enseñanza media.

La idea es que, de ahora en adelante, la formación sea continua y se capacite con un enfoque común a los encargados de las instalaciones para que ellos sean los responsables de promover la lectura, con actividades como cuentacuentos. En cada biblioteca escolar y pública deberá haber un monitor.

Las bibliotecas de colegios para toda la comunidad

En la actualidad, los sostenedores de colegios deciden qué servicios y a quiénes estarán dirigidas las bibliotecas escolares. Algo que se pretende cambiar abriendo a la comunidad todas las bibliotecas, municipales y escolares. También se pretende acomodar la atención y los horarios, ofreciendo, por ejemplo, actividades que estén orientadas a jóvenes, trabajadores, dueñas de casa y adultos mayores.
"Lo ideal sería que las bibliotecas escolares estén abiertas todos los sábados y domingos y que en la semana abran más allá de la jornada escolar, ojalá una o dos horas más e, incluso, antes del inicio de la jornada, porque un alumno puede llegar a leer el diario antes de entrar a clases", dice la coordinadora de las bibliotecas escolares CRA, Constanza Mekis. Los detalles serán definidos después de que el Presidente Piñera reciba la propuesta.

Conteo de qué libros se prestan
Una de las razones para no evaluar el impacto de las iniciativas que se han impulsado es que no existe un sistema automatizado de préstamo en todas las bibliotecas que permita saber cuántos libros se entregan y qué tipo de lectura prefiere cada comunidad. "Cuando no tienes un sistema automatizado de préstamo, no tienes instrumentos confiables para medir qué está pasando en una biblioteca, si no sabes lo que más le gusta leer a una población, puedes comprar libros que nadie usará", dice Verónica Abud.

Por ello, se permitirá, por ejemplo, a algunos de los proyectos que ganan varios años seguidos los fondos concursables del Consejo del Libro liberarse de este trámite y convertirse así en un programa permanente y de carácter nacional. "Queremos identificar los proyectos de fomento a la lectura que  den cuenta de buenas prácticas y aplicarlos a nivel nacional", dice la asesora del ministro de Cultura en temas de educación y futura secretaria ejecutiva del Fondo del Libro, Tatiana Acuña.

Presupuesto incierto

El ministro de Educación, Joaquín Lavín, aseguró que dentro de 30 días el Plan Nacional de Fomento a la Lectura será entregado al Presidente de la República, Sebastián Piñera. En él se detallará, además, cómo se financiará.Pero aún no hay claridad sobre la materia. Un estudio hecho por la UC calculó que con un aumento de 2% de la subvención escolar, se podrían entregar nueve millones de pesos anuales a cada biblioteca escolar. Actualmente se entregan cinco millones de pesos para el inicio de la biblioteca, pero el mantenimiento de ésta queda en manos del sostenedor del colegio.