"Los profesores suelen reducir sus clases a lo que entra en los test"


¿Es conveniente usar los resultados de los test para evaluar a los profesores?
Se puede, pero cuidadosamente. Cuando las expectativas de las autoridades en las pruebas son muy altas, aumenta la tentación por falsear los resultados, por lo que hay que hacer las pruebas menos predecibles. Además, ningún test entrega la suficiente información por sí solo como para confiar sólo en ellos. Son información complementaria.

Entonces, ¿no se debe recurrir a los test?
Se pueden ampliar los contenidos de los test y variar su formato a través de los años, para no sobreentrenar a los niños. Además, es importante medir otras cosas que permitan premiar acciones pedagógicas, como el interés por aprender, que es mérito del profesor. Hay muchos contenidos importantes que no entran en los test, pero la presión sobre los resultados puede llevar a que los profesores reduzcan sus clases sólo a lo que entra en ellos, lo que, a la larga, falsea los resultados.

¿Le parece grave?
Por supuesto. Hay muchas formas de falsear resultados. Una de ellas es que las instrucciones de las pruebas sean como la de los test, por ejemplo, si el examen es con alternativas se les entrena con ese formato. O se enseña a los niños según como se les evaluará. En Estados Unidos, se enseña a escribir ensayos en cinco párrafos. Los niños aprenden sólo lo que entra en los test y no se les da espacio para cuestionarse otras cosas.

¿De qué forma, entonces, se puede evaluar si el trabajo de un profesor rinde frutos?
Con evaluaciones al interior del establecimiento. También se puede recolectar muestras del desempeño del profesor, mediante un portafolio o la grabación de las clases, pero no hay pruebas de su efectividad.

Pero con medidas como éstas, también se puede hacer trampa.
Cualquier medición lleva a que las personas encuentren maneras de verse mejor de lo que realmente están. Pero para evitarlo se puede monitorear constantemente las técnicas de evaluación y variarlas.