Cambiando el rostro del profesor chileno



Cuesta dimensionar el efecto que tendrá en la alicaída educación chilena el terremoto de fines de febrero que dejó por el suelo no sólo escuelas, bancos, computadores y pizarras, sino que también las esperanzas de los niños.

Pero, es hora de levantarse y en eso estaban desde el 2008, un grupo de profesionales, que luego de conocer los éxitos del programa Teach for America, formaron la fundación Enseña Chile, que capacita a profesionales de diversas áreas para que ejerzan de profesores en zonas vulnerables.

La primera generación de abogados, ingenieros y otros (23 en total) que se pusieron al frente de un curso inició su labor durante el 2009 y ahora, otros 62 se repartirán por aquellas escuelas, municipales o subvencionadas, que registran bajos niveles en el Simce y altos grados de vulnerabilidad.

Susana Claro, ingeniera civil de la UC con un master en educación en Harvard, refleja en su rostro lo emocionante de esta misión que han emprendido y en el que ella ocupa el cargo de directora de formación (razón por la cual se debe enclaustrar durante el verano en Puente Alto, durante las semanas de capacitación de los nuevos profesores).

Haber participado en Teach for America enamoró a un grupo de chilenos que volvió con la idea de replicarlo acá en el 2006. Hoy cuentan con el apoyo de diversas instituciones que creen en educación de calidad.

-Diagnósticos sobre la educación en Chile hay en exceso. ¿Cuál crees tú que es el factor determinante para que estemos donde estamos?
“La postura de Enseña Chile es que no existe una sola cosa que cambie todo lo demás”.

-Pero ustedes apuntan a una cosa, la calidad de los profesores.
“Eso es un camino a corto plazo, un parchecito por mientras, pero nuestro gran desafío es modificar este complejo sistema contando con personas que tengan una mentalidad y cultura de enfrentar los problemas. Lo que estamos haciendo es buscar a las personas idóneas que se metan en esto y lo solucionen y eso no tiene relación con los intereses vocacionales, sino que con la forma de ver la realidad.
“Si bien hacen clases por 2 años, el verdadero cambio viene después, cuando empiecen a egresar con conocimiento real de la educación y situaciones y se propongan hacer reformas a partir de lo aprendido. Y desde cualquier ámbito; de concejal, de ministro, de empresario, de profesional”.

-Hoy ustedes no apuntan a solucionar el problema de infraestructura, eso quiero decir algo.
“Sí, que van a ser ellos los que lo hagan. Ellos enfrentarán los problemas de salud, alimentación... Esa es la gran apuesta de Enseña Chile”.

-Dices que son un parche, pero fundamental. Cuando intervienen, ponen a un grupo de alumnos en otro camino.
“Nuestra esperanza es que a corto plazo, por lo menos 100 niños, tengan una educación mejor. Pero ese es un trabajo de hormiga, considerando que hay 170 mil profesores en todo Chile y nosotros aportamos cincuenta. La verdad, eso no va a hacer que la educación mejore, sino que ellos se conviertan en líderes que en unos años sepan de qué se está hablando por haberlo vivido. Es el caso del secretario de Educación de Obama, que fue Teach for America y a él no le cuentan cuentos”.

-Los grupos más privilegiados no ven en la enseñanza su camino y optan por otras profesiones. ¿Crees que ustedes puedan promover un cambio en eso?
“Sí, es increíble, pero de las 715 personas que postularon este año, el 30% tenía puntaje arriba de 750 puntos, más de lo que cualquier escuela de educación pueda soñar atraer.
“En carreras había de ingeniería, leyes, bioquímica, ingeniería comercial, diseño, filosofía, periodismo, más de carreras humanistas”.

-¿Y cuál es el leit motiv de los que se integran?
“Es como Un Techo para Chile, donde hay miles y miles de jóvenes que quieren hacer una diferencia y devolver la mano; hay una gran responsabilidad social, sobre todo, en la juventud. Es emocionante ver que al chileno le preocupa el hermano chileno y sólo necesitan canales, estructurados, para poder desarrollar su vocación social. Enseña Chile abre ese camino para poder entregar por 2 años lo que recibiste”.

-¿Encuentran una vocación por la pedagogía o por el servicio social?
“Hay de todo. Hay unos que te dicen que toda la vida quisieron ser profesores y no se atrevían por como está la profesión y ven que esta es la oportunidad de retomar su vocación. Hay otros que son muy sociales y les mueve más la justicia y querer hacer algo excelente”.
Historial
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A finales de este año Susana podrá dilucidar cuántos de los que entran a Enseña Chile siguen el camino de profesor, porque recién en esa fecha habrá completado su ciclo el primer grupo. En todo caso, en Teach of America, un 60% se queda un año más enseñando y después permanecen en el circuito como directores de colegio o administrativos o generan proyectos nuevos como centros para niños después del colegio.

-Algunos ven en Chile esta profesión absolutamente desvalorizada y además, enfrentados a la violencia de alumnos y padres. ¿Pueden ayudar a cambiar esto?
“Esperamos que como efecto secundario la profesión de profesor vuelva a estar en los niveles más alto de valoración social como antaño y que sean reconocidos. La verdad es que, mientras más profesionales vivan esta experiencia más se van a dar cuenta de lo difícil y desafiante que es y que un buen profesor está a la altura de cualquier gran profesional y que hacen lo más importante para un país: formar el carácter de las nuevas generaciones”.

-Más allá de los problemas de recursos, uno de las piedras de tope es esta visión de la sociedad. Esa mirada también está en los sectores altos donde no hay esos problemas.
“Por suerte, desde la revolución de los pingüinos, se ha puesto la mirada en esto, pero no con la urgencia e importancia que tiene.
“No hay que generalizar a los distintos grupos; hay profesores que son recordados toda la vida, pero es verdad de que es ingrato que sea el profesor el que se tenga que hacer respetar, cuando ello debería darse por su sólo trabajo. Hay profesores que se merecen alfombra roja; si todos fueran así nunca más nadie ‘ningunearía’ a un profesor. Cuando los profesores también asuman que no hay nada importante que formar niños, la sociedad lo verá; falta que los profesores se exijan a sí mismos, se formen, aunque hay varios que se desafían diariamente.

Susana es categórica: “acá necesitamos todas las manos posibles, no sobra ayuda, los profesores han hecho mucho esfuerzo”, dice cuando aborda el polémico artículo de la nueva LOCE que pretendió bloquear la carrera exclusivamente para docentes, cuestión que fue finalmente rechazada.

-¿Han tenido problemas por esta visión de gremio?
“Más que eso, hay establecimientos que son más bien conservadores, especialmente en el sur, en cambio hay alcaldes que son más audaces. Si la norma de la LGE empieza a funcionar, todo sería más rápido, no les daría tanto susto incorporar a personas que no son profesores.
“Los buenos profesores no van a los colegios más vulnerables a ofrecerse porque son más caros y no los pueden pagar. Nosotros asumimos en media, de 7º para arriba y nuestros profesores son especializados.
“Ahora yo sé que su gran plus no es su profesión, un ingeniero haciendo clases de matemáticas, sino que tiene una fuerza interna que no los va a parar a nadie y con lo que tengan al frente van a conseguir que sus niños aprendan”.