Resultados de PSU dan cuenta de continuidad de brecha educacional


Más del 70 por ciento de los puntajes nacionales corresponden a estudiantes de educación particular pagada.

Mario Sobarzo, del Observatorio de Políticas Educativas (OPECH), comenta que “la PSU es un reflejo de un sistema educativo segmentado. Mientras siga existiendo un sistema de financiamiento que de prioridad al sistema público continuara la brecha. Hoy vemos que el Estado compite con sus propios recursos con el sistema de subvención a los colegios particulares”.

Con anterioridad a la entrega de los resultados, el gobierno acusó de estos a las movilizaciones de estudiantes y profesores, cosa desmentida tanto por el Consejo de Rectores como la CONFECH.

El vicepresidente del Consejo de Rectores y titular de la Universidad de Chile, Víctor Pérez, reconoció la existencia de esta brecha educacional, la que calificó como una “vergüenza”.

“La brecha que se produce entre los estudiantes se debe a la inequidad que existe en el sistema educativo nacional. Eso significa que hay que hacer esfuerzos por mejorar de manera profunda la calidad de la enseñanza pública de este país. Esto es una vergüenza porque significa que tenemos una deuda con los estudiantes más vulnerables del país y eso es muy injusto”- dijo Pérez.

La PSU reemplazó el año 2003 a la PAA como instrumento de entrada a la educación universitaria. A juicio de los estudiantes universitarios la PSU favorece “a quienes tienen capacidad de pagar colegios particulares y preuniversitarios, en desmedro de los estudiantes provenientes de los sectores más vulnerables del País”.

CRÍTICAS AL SISTEMA DE EVALUACIÓN

Pero los resultados también han generado cuestionamientos a la Prueba de Selección Universitaria (PSU), como instrumento de evaluación y de acceso a la universidad.

Así lo hace ver la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH), instancia que acusa que la prueba no está diseñada para medir habilidades ni competencias sino sólo conocimientos, los que están condicionados por la situación socioeconómica y educacional desde donde proviene el estudiante.

También la CONFECH acusa el Aporte Fiscal Indirecto (AFI), a través del cual el Estado financia a las universidades que captan a los mejores puntajes, lo que desincentiva “políticas orientadas a la equidad en el acceso a nuestras casas de estudio”- sostiene el comunicado de la CONFECH.

“Producto de este sistema el país le quita la oportunidad de acceder a la Educación Superior a miles de estudiantes que tienen las capacidades para desarrollarse como profesionales en un futuro próximo. Es urgente reformular la actual PSU y generar sistemas complementarios de acceso a la educación superior, los cuales deben considerar el ranking de los estudiantes en sus colegios. A la vez, es fundamental dar impulso y apoyo a programas propedéuticos que garanticen estudios superiores a estudiantes vulnerables provenientes de colegios municipales y particulares subvencionados”- agregan los estudiantes.

Como CONFECH instamos al Gobierno a reconocer este fracaso y a hacerse cargo de sus políticas educacionales. Además, hacemos un llamado a los candidatos presidenciales a manifestarse respecto a las graves inequidades de nuestro sistema educacional y a comprometerse con impulsar la urgente reforma al sistema de educación superior en su conjunto, con el fin de garantizar el derecho a una educación de calidad a todos los estudiantes de Chile.

“Esta es una herramienta violenta, discriminatoria, necesita ser auditada, complementada y, sobre todo, discutida. No puede ser que haya una ministra que lo único que reconozca sean los puntajes nacionales, sin considerar cuántos de ellos son de colegios municipales o cuantos de ellos son representativos de los sectores que están marginados de la educación superior y que no se asuma la discusión de fondo que es que el sistema está en crisis y no aguanta más”, aseveró el presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, Julio Sarmiento a la Radio de dicha casa de estudios.

Respecto de la PSU, Sobarzo considera que no es adecuada y debiera generarse un sistema público que acepte la entrada de todos los que quieran estudiar determinada carrera y al interior se haga el proceso de selección de los estudiantes con un sistema propedéutico, que permite igualar las desigualdades de los orígenes socioeconómicos de los estudiantes, como ocurre en México y Argentina”.

LAS OFERTAS EDUCATIVAS

Horas después de conocerse los resultados de la PSU comenzaron en las pantallas de TV los spots de las universidades privadas convocando a matricularse en ellas. Los  noticiarios de televisión esta semana llegaron a dar tandas publicitarias de 5 universidades privadas o preuniversitarios distintos entre medio de sus noticiarios.

En la vida real incluso algunos estudiantes madrugaron e hicieron fila durante horas para poder matricularse. Así ocurrió en la Universidad Mayor, cuyo campus de Manuel Montt, Providencia, acogió a los primeros interesados cerca de la medianoche, pese a que las puertas se abrieron a las siete de la mañana y las matrículas comenzaron justo al mediodía, según informó La Nación.

Situación similar ocurrió en las universidades Finis Terrae y Autónoma de Chile, planteles que a las seis de la mañana tenían postulantes a las afuera de sus sedes.

Y como el AFI premia a las universidades que capten los mejores puntajes, algunos centros de estudio privados ofrecen créditos y becas que cubren el 100% de la carrera, como es el caso de la Universidad Diego Portales y Santo Tomás, a quienes tuvieron un buen puntaje y se matriculen en dichas casas de estudio.

ARANCELES MÁS CAROS DEL CONTINENTE

Los aranceles de las carreras chilenas son los más caros del continente y superan en muchos casos los de universidades europeas. Las carreras más baratas mantienen aranceles por sobre los 100 mil pesos mensuales, alcanzado la suma de 300 mil algunas de ellas.

Y como el gobierno se preocupa de fomentar a ‘buenos consumidores’, en horas previas a los resultados de la PSU, el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac) reveló diferencias de hasta un 154% en los aranceles de distintas carreras y planteles universitarios.

Según el SERNAC existe más de un millón 500 mil pesos de diferencias entre los aranceles que ofrecen las distintas casas de estudio del país.

Las conclusiones las obtuvo a través de una encuesta que analizó la oferta de 56 universidades, 25 integrantes del Consejo de Rectores y 31 universidades privadas.

Carreras como Trabajo Social pueden presentar diferencias de precio de hasta un 154 por ciento mientras que Ingeniería Comercial llega a141,7 por ciento.