“Si alguna calidad hay en la educación, es por los maestros”


El doctor Sergio Ramírez Mercado anunció las bases del Premio Nacional al Magisterio 2008 en su segunda edición, cuyo jurado está integrado por destacados docentes, entre ellos un ex ministro y una viceministra de Educación, y el representante de la Unesco.

“Éste es un jurado muy plural, que no pone la política por delante, sino que ve la calidad de los maestros. No estamos interesados en premiar lealtades o deslealtades políticas, sino la entrega de una vida a la educación. La Fundación es educativa, cultural, y atiende a todo el mundo”, indicó su presidente.

Juan B. Arríen, integrante del jurado, recordó que en la primera edición del premio se encontraron con ese mapa desconocido de la enorme calidad de los profesores con que cuenta el país, de tal manera que llegó a exclamar:

“Con el mayor respeto, creo que si todavía vive la educación en este país con cierta calidad, no se debe ni a ministros o a políticos, se debe a los maestros y maestras de este país. Eso hay que reconocerlo”.

Maestros heroicos

Arríen dijo que el certamen inicial, el año pasado, les descubrió toda una “riqueza pedagógica, humana, de entrega a la educación, realmente excepcional. Creo que el premio nos sirvió para constatar que, efectivamente, en Nicaragua hay una historia educativa, una inteligencia pedagógica diseminada en una cantidad de maestros y maestras, y hay un capital pedagógico sobresaliente.

“Creo que lo que hace el premio es visibilizar poco a poco todo ese acervo histórico, pedagógico, la inteligencia pedagógica de este país, la cual, realmente, no se ha detectado. Para mí, por lo menos, estoy seguro, fue una revelación encontrarnos con maestros de una calidad impresionante, y estoy seguro de que nos vamos a encontrar con ellos (en esta segunda convocatoria) y son comparables a maestros convocados de otros países”.

El insigne educador dijo que los docentes nacionales “superan con efectividad a un medio que no facilitan su trabajo por las condiciones sociales, salariales, pedagógicas, de medios didácticos, etc., y, sin embargo, han hecho verdaderas historias pedagógicas”.

El doctor Carlos Tünnermann, presidente del jurado, dijo que “pueden ser candidatos los profesores que estén activos o maestros jubilados, y pueden ser propuestos sobre todo si tienen una gran trayectoria”.

El año pasado fueron recibidas candidaturas de 13 departamentos. Para entonces la convocatoria se hizo a nivel de escuela primaria, preescolar y educación especial. La ganadora fue la profesora Berta Mairena Saballos, fundadora y directora por 40 años, del preescolar “Bertha”, una innovadora de la Educación Preescolar en Nicaragua.

El ex ministro de Educación recordó a la licenciada Luisa Mercado, madre del escritor Sergio Ramírez, presidente de la Fundación. Ella fue profesora de lengua castellana y literatura, directora por varias décadas del Instituto Nacional de Masatepe. Antes de jubilarse dedicó los fines de semana para estudiar una licenciatura en letras, y luego la maestría en pedagogía aplicada a la administración escolar, en la modalidad de cursos por encuentro. Ella falleció en 1994.

Por su parte, el doctor Ramírez subrayó la labor de los maestros, y precisamente por ser unos apóstoles nunca reconocidos, es que quieren con la fundación distinguir su labor no bien valorada en la sociedad nicaragüense.

“No podemos premiar a todos, pero elegimos a uno que represente a todos. El mensaje es que deben ser reconocidos por una vida entera entregada a la educación, que quedan mudos o ciegos; afectados por la tiza, unos que enseñan en sus propias casas, que ganan una miseria o son retirados con pensiones muy bajas, pasando dificultades económicas a lo largo de toda su vida. La sociedad sin maestros no existiría. Eso es lo que queremos recordar con el premio”.

El doctor Tünnermann, muy sensibilizado por los sufrimientos de los maestros, llegó a asegurar que “la labor que yo hice --al frente del Ministerio de Educación en los años 80-- no se puede comparar con lo que hace un maestro de primaria en una zona rural, donde tiene que superar condiciones porque no hay tiza ni cuadernos”.