Educación sexual

En enero, el Congreso aprobó la Ley 20.418, que obliga a todo establecimiento educacional reconocido por el Estado a tener un programa de educación sexual. El reglamento para hacer efectivo este derecho es responsabilidad del Ministerio de Salud, que aún no lo ha implementado.

Los programas de educación sexual que enseñan la abstinencia fuera del matrimonio como única alternativa de protección llevan 10 años aplicándose en EEUU y han fracasado en su objetivo más sensible, que es reducir el embarazo en adolescentes. 

En la literatura científica y educacional existe evidencia sólida sobre cómo son los programas qué logran disminuir las conductas de riesgo. Se caracterizan por entregar la mejor evidencia científica disponible sobre el uso y efectividad de todas las formas de protección, incluyendo anticonceptivos y métodos de barrera; por usar metodología que involucra participación activa y personalización de lo aprendido, y por impartirse en colegios en una secuencia mínima de 12 horas, en al menos dos años sucesivos.

La educación sexual basada en evidencia debe ser una de las metas del gobierno, así empezaremos a entregarles a los jóvenes las herramientas básicas para una afectividad y sexualidad sana y protegida.

Andrea Huneeus Vergara

Ginecóloga