La Universidad del Mar ocupa el tercer lugar en matrícula entre las instituciones privadas, con más de 20 mil alumnos y tres mil trabajadores. Anoche, en la red social Twitter algunas personas hablaban y compartían fotos sobre la toma de la sede de Iquique.

A sus quejas por la gestión realizada por los dueños, Urrutia sumó un reclamo por la insuficiente fiscalización que efectúa el Estado sobre este tipo de entidades. 

El ministro de Educación, Harald Beyer, dijo que los hechos descritos por Urrutia son graves, que están bajo revisión y que, de comprobarse, podrían acarrear para el plantel la pérdida del reconocimiento oficial. 

El parlamentario Silber, miembro de la Comisión de Educación de la Cámara Baja, manifestó que este episodio revela cómo opera la distracción de recursos de una institución que, por ley, no puede tener fines de lucro. 

Su colega Hasbún, integrante de la Comisión Investigadora de la Educación Superior de la Cámara de Diputados, opina que el caso debe investigarse y sancionarse con medidas drásticas para que este tipo de prácticas no se repitan. 

“Este es el tipo de situaciones que desprestigia y desacredita al sistema de universidades privadas”, advirtió el legislador y expresó su esperanza de que el Ministerio de Educación tome todas las medidas administrativas para que la Universidad del Mar pierda el reconocimiento oficial. “No esperamos menos”, remarcó. 

Gabriel Silber sostuvo que el Ministerio de Justicia también puede intervenir, pues podría haber una vulneración de los estatutos de la organización y, de ser efectivos, correspondería la cancelación de la personalidad jurídica que le permite existir legalmente.