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Multa para los establecimientos educacionales con problemas de violencia escolar

Fuente: www.elciudadano.cl
 
Por Mélissa Quillier 
 
El miércoles de la semana pasada la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de ley sobre la violencia escolar. Falta aún un trámite constitucional a la propuesta para ser ratificada. El proyecto se enfoca sobre criminalización de los establecimientos escolares disminuyendo el tema central de la convivencia escolar.

El miércoles pasado, la Cámara de Diputados aprobó con 103 votos a favor un proyecto de ley contra la violencia escolar.

Impulsado en octubre del año pasado por los senadores Andrés Allamand (RN), Ignacio Walker (DC), Andrés Chadwick (UDI), Carlos Cantero (IND) y Ricardo Lagos Weber (PPD), el texto “busca prevenir, impedir y sancionar los casos de ‘matonajes escolares’,  también llamado bullying, y promover la buena convivencia en los colegios” según indica la pagina web Ciudadano Inteligente.

PROMOCIÓN DE LA BUENA CONVIVENCIA Y MULTA A LOS ESTABLECIMIENTOS

Una vez aprobada la propuesta obligará a los establecimientos escolares  a asumir los problemas de violencia y establecer sanciones. En concreto, dará luz verde al Mineduc (Ministerio de Educación) para multar a los establecimientos que no se hacen cargo de los problemas de acosos escolares o que no implementan proyectos para mejorar la convivencia en la escuela. Si las medidas implementadas por un establecimiento son juzgadas insuficientes, el Mineduc podrá pedir hasta 50 UTM (dos millones de pesos). El monto de la multa se podría duplicar en caso de reincidencia.

En concreto, la ley prevé el establecimiento de un Comité Escolar o un Comité de Buena Convivencia para regular las situaciones tensas, prevenir todo tipo de violencia física o sicológica.

También requiere contratar a personal encargado de Convivencia Escolar, para que se implementen todas las normas que decida el Comité de Buena Convivencia a través de un plan de gestión adecuado.

Además, cualquier caso de matonaje será necesariamente comunicado por los padres, apoderados, profesores y directivos de un establecimiento con el fin de tomar medidas al respecto.

Por fin, obligará a la creación de un reglamento interno en las escuelas, que “regule las relaciones entre el establecimiento y los distintos actores de la comunidad escolar”, precisó la presidenta UDI de la Comisión de Educación de la Cámara Baja, María José Hoffman.

Para estar aprobado, el proyecto de ley  tiene que subir un tercer trámite constitucional: volverá al Senado para que se pronuncie sobre las modificaciones introducidas por la Cámara.

LEGISLANDO SEGÚN LA CONYUNTURA

El ministro de Educación Joaquín Lavín, el senador independiente Carlos Cantero y el parlamentario socialista Manuel Monsalve, están de acuerdo en subrayar la necesidad de legislar sobre el bullying cuyas cifras van en constante aumento, según sus dichos.

Cantero subrayó el año pasado que el Ministerio de Educación “anunció un aumento en las denuncias de un 57 por ciento, sobrepasando los mil 600 casos en lo que va del año, lo que sumado a un informe de Unesco que confirma que en Chile existe el peor clima escolar entre 16 naciones evaluadas […]”.

El proyecto de ley “es una buena medida, porque como sociedad debemos tomar las riendas ante estos hechos […] [el bullying es] uno de los grandes flagelos estudiantiles de esta época” añadió el senador.

El integrante de la Comisión de Educación y miembro del partido socialista Manuel Monsalve, explicó que “ […] en los colegios en Chile, […] el 32 por ciento de los estudiantes ha sido víctima de algún tipo de agresión psicológica o física, y un alto porcentaje de esta violencia proviene desde los propios compañeros”, según relata Radio Bio Bio.

Sin embargo, el bullying no es un fenómeno social nuevo y sólo aparece porque la psicología lo nombra como tal.

Según indica el psicólogo Rodrigo Cornejo en una “Alerta educativa” del Opech (Observatorio de las Políticas Educativas Chilenas) una parte mínima de la población está afectada: Las cifras no alcanza el 1 ó 2% de la población escolar.

Además, el bullying corresponde a un triángulo integrado por el acosador, el abusado, y el entorno que se hace cómplice en un circulo de silencio. Es una situación de maltrato permanente -no se trata de una simple pelea en el recreo-  que en la mayoría de las veces no se expresa de manera física.

Eric Carafi, profesor del Núcleo de Investigación de Educación y Convivencia Escolar (Sociología – U. de Chile) explicó que “no es algo nuevo en la escuela, siempre ocurrió, y es parte de la cultura escolar. Más que ver las cifras y ver el maltrato escolar desde la víctima y el  victimario –que es una manera de simplificar el fenómeno y no de resolverlo-  hay que mirar mas allá del fenómeno”.

El psicólogo por su parte destacó que hay que preocuparse que el fenómeno existe pero no por su sobre mediatización o por la coyuntura. Es un fenómeno específico que se debe entender en un marco más grande, o sea el del contexto escolar de convivencia.

CRIMINALIZACIÓN Y PENALIZACIÓN

La violencia escolar corresponde a conflictos de convivencia. Sin embargo, a poner el énfasis sobre el castigo de los alumnos y sus establecimientos, eso no va a zanjar el problema. Una vez desplazado del establecimiento, el acosador será reemplazado, y el problema va a seguir ocurriendo.

El profesor Carafi explica que el sistema de multas lleva a que “uno focaliza el tema de la convivencia escolar en el asunto del maltrato o de lo que está conocido como ‘bullying’, lo que hace más que reducir el tema de la convivencia a una cuestión disciplinaria, a una cuestión que tiene que ver con penalización y castigo”.

Con las multas, “las escuelas en vez de estar apoyadas van a ser castigadas, en vez de entregarles recursos se le van a quitar”, añadió.

El presidente del Colegio de Profesores, Jaime Gajardo comparte el análisis: “Hay que enfrentar estos temas [de violencia escolar] con políticas preventivas y no solo represivas. Es necesario que haya modificación del currículum, se deben crear espacios para resolver los conflictos de manera más democrática, que haya participación de los actores”.

Ya existe un sistema de multa en la ley de Subvención Escolar Preferencial del 2008. Valentina Quiroga de Educación 2020 explica que se obliga a todos los establecimientos  que reciben la subvención preferencial, a presentar un plan de mejoramiento en cuatro áreas, una de las cuales es convivencia escolar. Prácticamente todas las escuelas municipales suscritas al proyecto de ley y un gran porcentaje de las particulares subvencionadas implementaron estos planes. Así, si las escuelas no cumplían con los estándares o no alcanzaban los objetivos que ellas mismos habían puesto, corrían incluso el riesgo de ser cerradas.

“Si esto no estaba funcionando antes, es raro pensar que por el hecho de que ahora tengamos multas esto va a empezar a funcionar. […] Las multas va a tener poco impacto”, destacó Quiroga.

CONTEXTUALIZANDO LA VIOLENCIA ESCOLAR

Los establecimientos escolares no están desvinculados al resto de la sociedad, si bien la violencia escolar tiene que ver con el contexto en el cual se desarrollan los alumnos, profesores, docentes, auxiliares, etcétera.

Según Carafi “la violencia no es propia de la escuela, sino que el contexto ingresa a la escuela”. La violencia escolar es un problema social y que se expresa en la escuela pero no significa que la escuela sea una burbuja”, añadió Gajardo.

El psicólogo Cornejo analiza también que a la violencia normativa de la escuela se le responde con más violencia. Así, algunos establecimientos cometen acciones que significan mucha violencia para los estudiantes, para los docentes y todos los que vienen a la escuela.

El profesor Carafi describe el sistema escolar chileno como un sistema ultra segmentado por clases sociales, competitivo, que le pasa la cuenta a los que no están aceptados: Son  fenómenos de violencia muy claros. Además, no hay movilidad social, oportunidades sociales, el curricular no hace sentido para los estudiantes, etcétera.

Destaca el ejemplo de los reglamentos internos de los colegios en los cuales los deberes de los estudiantes superan sus derechos. Los alumnos están “como saturados de obligaciones y restringidos también al ejercicio de sus derechos. Nuestros estudios indican que muchos manuales de convivencia transgreden derechos fundamentales consagrados en la Constitución política, por ejemplo el derecho a una legítima defensa. Muchos manuales no tienen contemplado que alguien que va a ser sancionado pueda apelar a esta sanción”.

LA CONVIVENCIA ESCOLAR

La violencia escolar tiene que ver mayoritariamente con conflictos de convivencia dentro del establecimiento educacional. El enfoque de la propuesta de ley aprobado por el Senado si trata del tema de la convivencia se enfoca mayoritariamente sobre el castigo de las normas.

Para Quiroga, “los docentes no están formados para abordar estos temas y además tienen condiciones de trabajo que no les permiten hacerse cargo del tema. Por eso, la ley tiene dos o tres  elementos que podrían abrir un camino: Incorpora capacitación para los profesores y la comunidad escolar en general”.

Sin embargo, para el profesor Carafi,  lo que va pasar con estos comités de Convivencia y “lo que frecuentemente ocurre en la realidad es que se busca a alguien en el establecimiento y se asigna nominalmente un cargo, pero no se piensa sobre un plan o sobre acciones concretas con respecto a fenómenos de la convivencia”.

Explicó que la convivencia se ve desde la disciplina escolar  -el cumplimiento o la falta a las normas- y no desde las relaciones sociales dentro del establecimiento.  “Es una visión muy normativa, así quieren crear una nueva burocracia que aborde las temáticas pero con un fuerte énfasis normativo que anule la capacidad de los actores locales de resolver sus problemáticas”, añadió el académico.

Más allá de las normas, la convivencia escolar tiene que ver con la cotidianidad de un establecimiento, su curricular, el aprendizaje de la ciudadanía o las relaciones sociales.

Estudios demostraron que cabe instalar nuevas prácticas del conjunto de la comunidad escolar sobre las relaciones para que los individuos se hagan cargo de sus vínculos con los demás de la comunidad escolar. Capacitar los docentes es una cosa pero los otros actores también tienen que ser formados: Los estudiantes, por ejemplo pueden ser mediadores/as apoyando la labor de los directivos.

Carafi deploró que el implemento de estas prácticas es algo puntual y que “no se habla del problema de fondo que tiene que ver con la inversión en la educación pública, la profundización en metodología, capacitación, desarrollo de habilidades y dispositivos que permitan abordar estos tipos de situaciones en sus contextos particulares. Hay declaraciones y promesas pero a las escuelas llega poco”.