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La eterna olvidada

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Por: Claudia Peirano
 
Cuando comenzaron las movilizaciones secundarias, una de las demandas más importantes era el mejoramiento de la educación técnica. Entre el lucro, la desmunicipalización y algunos anuncios de recursos para equipamiento, el tema parece haber desaparecido de la discusión.
 
La educación media técnico profesional es el sector más postergado de la educación chilena. Esta modalidad acoge a cerca de la mitad de los estudiantes secundarios, concentra la población de menores ingresos, presenta los peores resultados en aprendizaje y no cuenta con una política que oriente sustantivamente su desarrollo en los próximos años.
 
Entre los aspectos que debieran definirse a la brevedad están los siguientes:
 
-Actualización de las especialidades de formación técnica en sintonía con las demandas del mercado laboral y las áreas de desarrollo productivo del país (¿qué sería de los clusters?).
 
-Integración de planes de estudio con centros de formación técnica de educación superior, de manera tal que los egresados de 4° medio TP tengan un oficio reconocido en el mercado laboral que permita trabajar en jornada parcial o completa, así como también que sus estudios sean reconocidos como la primera etapa de la formación técnica superior.
 
-Actualización de la modalidad de aprendizaje, en términos de potenciar opciones de formación dual en empresas y en centros de educación superior.  Es muy difícil que un liceo logre mantener actualizada la tecnología que se utiliza en el sector privado.
 
-Implementar modelos didácticos basados en el desarrollo de habilidades y que potencien la adhesión y el entusiasmo de los estudiantes con su formación.
 
-Redefinir el perfil de los profesores que hacen clases en esta modalidad, tanto en formación general como en las especialidades técnicas.
 
-Sobre la base de lo anterior, identificar cual es el costo de proveer educación técnica de basada en estándares de certificación de competencias y contar con un financiamiento adecuado.
 
Debemos aspirar a una educación técnica que sea una opción dentro de una oferta educativa diversa de alta calidad. La educación técnica debiera ser una alternativa atractiva para estudiantes talentosos que tengan una vocación más práctica, independiente de su nivel socioeconómico. Todo joven debiera poder escoger entre distintas combinaciones de trabajo y estudio después de egresar del colegio, en trayectorias modulares en las que pueda ir agregando valor a su formación en el tiempo. 
 
El mercado laboral está dando señales claras sobre las áreas en que los trabajos técnicos tendrán alta empleabilidad en los próximos años.  La educación media técnico profesional debiera ser el primer paso para potenciar las oportunidades de desarrollo de los jóvenes a través de alternativas que acojan la diversidad de capacidades y vocaciones de los jóvenes, así como también la posibilidad de ir concretando su formación en educación superior de manera parcelada.
 
Que no se olvide que esta debiera ser una de las prioridades en las reformas de educación escolar.