Documentos de interés

Pasión, intuición, interés

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Por: Eugenio Severin
 
No estoy muy optimista del diálogo iniciado ayer entre el gobierno y algunos de los actores educacionales. Y no porque no crea que es posible que esto permita normalizar de alguna manera el sistema escolar y tratar de salvar el año, sino porque me parece que hay pocas probabilidades de que ese grupo, por su constitución, pueda avanzar en los temas verdaderamente centrales de nuestra educación.
 
Siempre he pensado que lo más parecido a la discusión sobre educación es la discusión sobre el fútbol. Cualquiera que ha chuteado una pelota en el barrio, siente que sabe cómo debiera dirigirse la selección nacional. Cualquiera que ha sido estudiante o apoderado, siente que tiene la solución a los problemas educativos. Sin embargo, en uno y otro caso, sabemos que lamentablemente no es suficiente.
 
El nuevo entrenador de Colo-Colo dice apasionado: "Soy hincha de este club" y todos los fanáticos albos respiran tranquilos, como si eso diera alguna garantía de buenos resultados. El entrenador de la selección intuye que Vargas andará bien, lo pone de titular el viernes y acierta, a los veinte minutos anota un gol; pero luego intuye que en el segundo tiempo es mejor esperar a España, y la selección campeona del mundo nos pasa por encima y perdemos un partido que parecía ganado. Los clubes chilenos fueron dirigidos de manera aficionada por años y, preocupados por halagar a los hinchas, pasaron por la permanente bancarrota. Ahora administrados como sociedades anónimas, sus dirigentes preocupados de halagar a los accionistas y generarles utilidades, le han dado la espalda a los hinchas y al espíritu deportivo.
 
Pasión, intuición e interés. La pasión es un componente infaltable para conseguir resultados, bienvenida. La intuición es clave para resolver los problemas, bienvenida. El interés es un motivador, cuando es transparente y acotado, bienvenido. Pero estos tres elementos no son suficientes para soluciones de fondo. Sin visión de largo plazo, ni conocimiento experto, ni escucha de todos los actores involucrados, no parece que se alcancen los resultados esperados.
 
En la mesa de La Moneda ayer, había pasión de sobra, intuición a raudales e intereses evidentes (no todos transparentes y acotados), pero no había un esfuerzo por compartir una visión, ni conocimiento profundo, ni estaban todos los actores necesarios.
 
Al salir de la reunión, Camila Vallejos dijo: "Por transparencia, no vamos a comunicar lo que conversamos hasta no presentarlo al resto del CONFECH", como si esto fuera un problema entre el gobierno y las federaciones de estudiantes, al que el resto del país asistimos como meros testigos. Giorgio Jackson agregó "espero que el Presidente escuche la posición de la mayoría de Chile", como si espontáneamente los estudiantes fueran los representantes de esa mayoría y como si la solución educativa fuera solo un asunto de mayorías.
 
Mientras no se entienda que este es un problema de fondo, que requiere soluciones de fondo, basadas en el conocimiento, bien diseñadas, consensuadas en un proyecto-país, implementadas consistentemente. Mientras se siga sosteniendo que hay que "parchar" el sistema educativo que nos dimos en el siglo XX, en lugar de inventar el que necesitamos para el siglo XXI, me cuesta creer que la escuálida mesa del sábado pueda iniciar el camino de la solución de fondo. Y es extraño, porque suelo ser optimista, pero esta vez, lamentablemente, me cuesta creer.