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En Chile todos lloramos!

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Por: Mª Verónica Rodríguez G.

Vivo en un país llamado Chile. Es una larga y angosta faja de tierra donde todos lloramos. Lloran las mujeres y los hombres, los niños y las niñas, lloran los flacos y los gordos, las rubias y las morenas, lloran las pelirrojas y los calvos; lloran los dueños de las panaderías y los que atienden farmacias detrás de un mostrador. Lloramos todos y todas…y no dejamos de llorar. En Chile están sucediendo cosas que entristecen el alma y la conciencia social de un pueblo al que nada le ha sido fácil ni gratis. Desde hace dos meses el sol de la rebeldía comenzó a derretir  a los pingüinos congelados desde el año 2006. Eran días donde los acuerdos entre encorbatados sentados en mesas con cubiertas de vidrios en medio de salones con próceres colgados de las paredes, silenciaron sus voces en medio de promesas que nunca se cumplieron. La revolución de los pingüinos se fue acallando y uno a uno los pingüinos y pinguinas entristecieron y quedaron congelados en medio de la historia educativa de nuestro país. Pero el sol de la rebeldía que nace desde la impotencia de ver que los gráficos económicos no favorecen  a la mayoría, fue descongelando sus alas, la mente, las manos, y el corazón de estos humanos plumíferos llamados estudiantes. Comenzaron a moverse y al abrir una vez mas los ojos, vieron que todo seguía intacto, las desigualdades se mantenían y la juventud chilena se envolvía en una sombra de desesperanzara humanitaria. No quisieron volver a cerrarlos para  invernar otra vez. Se les plegaron los universitarios, los poetas, los escritores. Se sumaron las terapeutas, los obreros, los micreros y  los filósofos. Sumaron fuerzas los apoderados, los soñadores, los malabaristas, los profesores. Y comenzó la marcha por las alamedas, las pancartas pedían con letras de colores “Educación para todos” , “Educación gratuita” , “Quiero que mi hija-o sueñe sin tener que pagar por hacerlo”. Y las avenidas, plazas, universidades y liceos se llenaron de chicos y chicas disfrazados, adultos con globos naranjas, batucadas contagiando alegría. Salieron cientos, miles a las calles pidiendo cambios, justicia social, educación sin costos, sueños sin impuestos. Y comenzaron las tomas, los desfiles callejeros, las movilizaciones sociales. A los que dirigen el país no les gustó. Dieron orden que los carros lanza agua persiguieran a  los soñadores. Dieron orden de tirar bombas lacrimógenas a todo grupo o persona que quisiera ser feliz. Y mas de 10.000  bombas cayeron y siguen cayendo sobre el país. Caen el norte y en el sur, en el este y en el sureste. Caen en Buin. El gas contaminante ha entrado a las casas, a los negocios,   a las micros y a los hospitales y nos ha hecho llorar! Hoy es 18 de agosto de 2011. Chile llora, no solo por la tristeza descongelada al ver que la educación de calidad se aleja o se paga, lloramos también por las bombas. No podemos dejar dejar de llorar porque el gas nos persigue. Gas autorizado. Gas decretado por el oficialismo. Gas llorón. En mi país…lloran hasta los que no están de acuerdo con la justicia social educativa.