Únete al mundo de los que no sobran

En este mundo no sobra ningún niño o niña, no sobra Anita María, tampoco Berta, ni Carlos, ni Canela, no sobra David, Daniela ni Dagoberto, no sobra Eugenio, Fernanda, Gabriel, Hugo, Ines, Javiera, Katherine, tampoco, Laurita, Mario, Matias, Nani ni Ñandira, no sobra nadie, tampoco Orlando, Pedro, Quino, Rocio, Sarita, Sebastian, en este mundo no sobra Teresita, Ursula, Viviana, Wilson, Xuxa, Yenny ni Zoila. Definitivamente ningún niño debiera sobrar, nadie que tenga menos de 18 años. Los mayores de edad no sobran en otros bailes, en el de los responsables, proactivos, constructores, estudiosos, comprometidos, en el baile de los ayúdate que yo te ayudaré, entre otros bailes relacionados con la vida de adultos que comienzan a poner ladrillos para construir un mundo mejor. Pero los niños y niñas no pueden ni deben sobrar en este u otros bailes. En el baile de los adultos sobran los pedófilos, los abusadores, los egoístas, los sin paciencia, los mentirosos o mentirosas, los que se dicen buenos y no dejan de hacer actos malos, los que se levantan en la mañana con el corazón resentido y malos pensamientos y en las noches se acuestan con el mismo corazón y mente ennegrecida, sobran los hipócritas. Los que mas sobran son los de amor liviano, los que disfrutan de la sexualidad y engendran hijos que luego no quieren, ni protegen ni cuidan, que los dejan a la suerte de la vida o de tristes cárceles guarda niños que tan amablemente llamamos “hogares”.

Pedro no sobra, su madre se lo hace saber cada mañana cuando se despierta y a pesar de convivir con las secuelas que le dejó haber nacido y sobrevivido a los cinco meses, ella lo cuida como si fuese de oro, le prepara comidas especiales en la esperanza alternativa de que el “se va a curar”.

En el baile de la vida no pueden sobrar los niños y niñas aun si no ha sido planificada su llegada, pueden sobrar sus irresponsables padres, sus incautos padres, sus inexpertos padres, sus tontos padres, sus enamorados padres, pero no ellos. Si llegan a este mundo NO SOBRAN.

No sobran los llorones, gritones o calladitos como ninguno. No sobran los índigos ni los limítrofes. No sobran los mentirosos ni los “malos”, ni siquiera sobra el pequeño delincuente famoso en Chile porque a sus trece años cuenta con doce detenciones, mientras tanto la madre afirma a la prensa que la institución fracasó en el intento de reformar a su hijo. Puede sobrar su madre y su padre y sus tíos y los amigos adultos de sus tíos, pero el no sobra. Sobran o sobramos los demás, los que no siempre hacemos o hemos hecho el bien, sobran los que dan palmaditas , palmadas o palmazotes a sus hijos biológicos, adoptados o prestados. Sobran los que han hecho una rutina de formación con la “palizoterapia” o de la “terapiaparaelmalcrecer” que ejercen padres madres u otros cada vez que le dicen a un niño tu eres malo, tu no sirves, contigo no se puede, me he cansado de ti, mira lo que me haces, eres un bueno para nada, porque no eres como los otros?, ¡uno de estos días te voy a matar!. Puede sobrar el mundo, pero los niños quedan. Ellos no pidieron venir, los trajimos y lo que es peor, la mayoría de las veces “en nombre del amor”. Son muchos los que están abandonados, los que duermen asustados, los que aun teniendo casa o familia se sienten amenazados, los que tienen miedo de hacer todo mal y por supuesto como profecía autocumplida no hacen nada bueno. Son mil ciento veintiseis niños abandonados que se encuentran en los centros dispuestos por el Sename a lo largo de todo Chile, sin contar los otros, los que están abandonados dentro de sus propias casas, los dejaditos de la mano de Dios, los ninguneados, los tontos, los bueno para nada, los inútiles, los “tu nunca serás mejor”, los cosificados, los apocados, los torturados física o psicológicamente, los dañados sin que sus padres, tutores o persona alguna reconozcan que los dañan ya que casi siempre los castigos, retos o palabrotas, son “por tu bien”.
Neruda dijo “ayer se murió un niño y se murió de viejo.” Yo digo niños y niñas del mundo unánse al baile de los que no sobran.