Mujeres: feliz día (y todos los días)

Para llegar a la casa de Nenita hay que subir a un segundo piso de uno de los tantos departamentos tipo multifamiliar que hay en la ciudad de Quillota. Abre la puerta contenta de verme, guarda el hilo y la aguja y dobla minuciosamente una falda a medio terminar. "Me estoy ganando unos pesitos", comenta mientras me hace tomar asiento, aprovechando ella misma para descansar sus pies siempre hinchados y doloridos. La señorita Nenita tiene cerca de 80 años y dándole la razón al dicho “a quien Dios no le dió hijos el diablo le dió sobrinos”, crió a su Manolito con cariño abnegado de costurera de barrio de provincia. No estaba previsto que el partiera antes que ella, una cruda enfermedad lo alejó de su tía-mama y lo hizo para siempre.

Desde entonces siempre está enferma y sumida en una inesperada angustia que no acaba. Así transcurren los días en el pequeño departamento arrendado en el que pasaron juntos los últimos años de vida con su sobrino-hijo. Nenita vivió en Santiago en sus años mozos, la buscaban señoras en grandes autos y abultadas billeteras para que ella y nadie mas que ella les confeccionara el traje de dos piezas con que asitirian a la opera o misa del día domingo. Le gusta recordar a las novias mirándose al espejo y alabando una y otra vez las benditas manos capaces de coser tan mágicos vestidos largos y con cola.

Sin embargo la vida , como todas las vidas, tiene vueltas y el peso de la vejez y la soledad se aparecen como ciegos fantasmas a rondar incluso en aquellos o aquellas que no lo merecen.

Nenita no sabe que al igual que ella se amanece planchando cuellos, faldas y perfectas líneas de pantalones que algún vecino le manda a planchar por solo 800 pesos -menos de dos dólares- , hubo otras mujeres que dedicadas también al trabajo de la costura fueron indignamente tratadas por patrones usureros que sin bastarle la sobrecarga horaria de trabajo o el paupérrimo sueldo entregado a finales de mes, mandaron quemar la fábrica donde ellas trabajaban. Hoy no es relevante la discusión histórica si así sucedieron los hechos, lo importante es no olvidar que en 1857 un grupo importante de mujeres principalmente textiles abrigaban el sueño de justicia que dió pie a un sinnúmero de hechos reivindicativos que permiten hoy día que nosotras las mujeres votemos en las elecciones, que trabajemos en las industrias, que seamos bastante mas que “una carga”.

Ella retoma desde su asiento la costura, la veo ponerse el dedal e iniciar una vez mas como millones de veces lo ha hecho en su vida, el rítmico ritual de una puntada tras otra hasta terminar la basta de la falda que le permitirá comprar su pan en esa tarde de jueves como en tantas otras tardes. Para usted Nenita es mi homenaje, simbolizando en su costura la costura y el recuerdo de otras que ya no están con nosotras para celebrar este día.

Feliz día mujeres, felicidad a todas, a las tímidas, transgresoras, estudiantes, madres, casadas y solteras, monjas y prostitutas, obreras y artistas, terapeutas ocupacionales, cosmetólogas, maestras, ingenieras, mecánicas, antropólogas, profesoras, políticas, meseras, barrenderas, jefas de hogar, mediadoras, directoras, secretarias, tejedoras, a todas, feliz día mujeres, feliz día también apara aquellas que esperan que llegue la noche para ponerse sus atuendos de mujeres, feliz día sin discriminación, feliz día para mis amigas, mis hijas, mis hermanas, mi madre y mi tía,, feliz día a mis cuñadas, a mi nuera a mis vecinas, feliz día Nenita y que el hilo de la vida con que cose faldas y costurea viejos y gastados cierres, le borde en letras de oro sobre su frente la mágica palabra que merece una mujer como usted, Dignidad y eternidad.

M.Verónica Rodríguez G.

Portal Educativo

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