1-Andamio Número uno: Educación y Vida

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Es difícil separar los términos educación y vida. Cuando hablamos de educación nos estamos refiriendo a un proceso interesante que está relacionado directamente con la vida. Es bueno recordarlo, porque muchas veces da la impresión que nos hubiésemos olvidado que todo lo que sucede al interior de los colegios, escuelas, liceos, universidades, al interior de nuestras casas, en los parques o en las plazitas de nuestras ciudades o pueblos, es vida ¡esto es la vida. Y la vida debiese ser el tranpolín para alcanzar la felicidad.

Algún psicólogo o filósofo me pediría que aclarase a que me refiero con “felicidad”. Me estoy refiriendo a la armonía necesaria que se requiere para que lo cotidiano, es decir el día a día, pueda ser vivido “con tranquilidad”. Y la educación debiese prepararnos para la vida. Esto no significa que tenemos que dejar la química de lado o las matemáticas o la historia de Chile. Muy por el contrario, estamos reconociendo que todo esto, sumado a aprendizajes relacionados con prácticas como el trabajo de equipo, la sana convivencia, la construcción, son necesarios para una verdadera educación par la vida. Estos últimos meses me he dedicado a observar diferentes situaciones de lo cotidiano, en las calles, en las universidades donde trabajo, en los encuentros familiares y sobre todo en el metro V región  que frecuento – por motivos laborales - dos o tres veces por día. Allí escucho conversaciones interesantes que me permiten conocer de cerca el pensamiento y el quehacer de las personas. Hace poco – le comentaba a mis alumnos – escuché una conversación de un grupo de jóvenes estudiantes, hombres y mujeres de alrededor de 18 a 20 años que  venían hablando de como les iba en la “U”, al tema le destinaron unos diez minutos, el resto fue contarse como hacían para mantenerse en la carrera y no se estaban refiriendo a “niveles académicos”, sino a como hacían para pagar las mensualidades, pasajes, apuntes. Por lo escuchado era fácil y triste evidenciar que todos tenían complicaciones económicas, estaban endeudados, no sabían como seguir. Uno de ellos dijo en algún momento “me dan ganas de dedicarme a panadero” (estudiante de odontología). Yo pensé, ojalá le fuera fácil, hasta para eso se va a tener que endeudar.

Otra conversación (de las tantas que registro en mi memoria y en una libretita) era de un par de adultos, se quejaban de la carestía de la vida, “que así no se podía”, que habían tenido que mandar a Rosa a trabajar, “para que ahorrara si quería estudiar” . Otros hablaban del cambio de muebles de una oficina, de la comida del perro, de la salida del sábado, de lo que comerán el domingo o de donde irán las próximas vacaciones. Esto es la vida y para vivir en armonía y respeto por la convivencia es que debemos educar con sentido, es decir, darle un sentido a la educación. Es importante conocer lo que piensa la gente, porque las cifras nacionales o internacionales nos pueden entregar datos oficiales relacionados con los índices de pobreza o contento nacional, es mas, nos pueden invitar a mirar con altura de miras “el vaso medio lleno”, pero al escuchar a las personas percibimos la vida de manera distinta, no podemos evitar el vaso medio vacío. Yo lo percibo – desde mi escucha activa – con preocupación. Los jóvenes que no tienen la suerte que un papá o mamá con recursos les solucione la vida, están preocupados de como pagar para estudiar; las mamás, papás ( o quién esté a cargo de la crianza) de como “parar la olla”, la sociedad de como encauzar a los jóvenes por “buen camino”, el Estado de ofrecer y mantener políticas públicas que favorezcan el bienestar de los chilenos, la iglesia de difundir valores y los filósofos de entregar reflexiones que nos acerquen a una mejor convivencia. ¿y la escuela?, ¿En qué están los centros educacionales? ¿Qué estamos haciendo los educadores? También podríamos pensar ¿qué están haciendo con nosotros(as)?. Hoy temprano leía - una vez mas - las normativas legales y el modus operandi de aplicar la Evaluación docente. Creo que falta mas reflexión al respecto, son muchos los cuestionamientos, el primero que hago es “Si evaluamos a los profesores ,¿porqué no a los médicos?, ¿a los abogados, a los ingenieros, a los panaderos, a los senadores, a los concejales, a los alcaldes, a los micreros, a los ministros?. Alguien podría decir que es porque los profesores tienen una gran responsabilidad social, son ellos (nosotros-as) los que pueden influir positiva o negativamente en generaciones, que son los profesores los que preparan intelectualmente al país. Bien, y si somos todo esto ¿porqué se les paga por debajo de la media a un profesor básico, a una parvularia, a un profesor medio, a una educadora diferncial?. La respuesta es simple: porque somos considerados en un eslabón bajo dentro de las “profesiones socialmente elevadas”. No cuestiono la evaluación, es mas estoy de acuerdo con los procesos evaluativos, creo que son necesarias las fotografías de “las realidades” de un profesional, mas aun si trabaja con personas.

La tercera semana dictaré una cátedra de “La evaluación: herramienta necesaria”, estoy de acuerdo con los procesos evaluativos, son el punto de partida para cambios, modificaciones o potencialidades de lo vivido o hecho, pero no puedo estar de acuerdo conque se nos escoja para ser evaluados, como únicos a evaluar, que no se nos reconozca salarialmente nuestra importancia en la sociedad, que no se nos dignifique como profesionales. Sin contar con los reclamos del Colegio de profesores que alegan en relación a otros temas. Estos problemas también son la vida. Hay que mejorar la educación, estamos totalmente de acuerdo, pero estas modificaciones pasan también por re-pensar las políticas educacionales. Somos el único país del mundo que  entrega dinero a los particulares para que se hagan responsables de la educación y además reciban trato preferencial, a ellos, por ejemplo, no se les evalúa. Conozco y muy de cerca, sostenedores que sin mediar ningún respeto por la calidad humana (menos docente), están como directoras de colegios, a cargo y responsables de la educación (incluso con Proyectos de Integración) ¿ellas?, sino son capaces de respetar a nadie, ¿podrán ser referentes educativos y de formación?. Las he visto tratar a un grupo humano como rebaños, como patrones de fundo, ¿con dineros del Estado?. Por mas que lo pienso no lo puedo aceptar ni comprender. Esto también es la vida. Se que hay excepciones, mis respetos a ellos, pero mi planteamiento de fondo no cambia.

Es en este marco que debemos educar para la vida, sabemos y lo dijo Simón Rodríguez ”mas se aprende por lo que se ve que por lo que se escucha”, y no siempre estamos viendo que los valores se vivan en consecuencia.

La educación y la vida son temas que debemos vivirlos mas que levantar grandes teorías al respecto. Encontramos en Internet centenares de link relacionados, lo importante y el llamado en este andamio, es a comenzar a vivir los valores principios o ideales que decimos tener. A darle sentido al quehacer cotidiano, mas aun cuando se trata de formar. El mundo necesita referentes, en especial nuestros niños(as) y jóvenes(as). Son ellos(as) los que necesitan profesores con iniciativa, con ganas de profundizar y discutir de la física o el arte contemporáneo. Es importante dejar claridad que esto no lo soluciona la Jornada Escolar Completa en si misma, tampoco la evaluación docente en los términos en que se está planteando. Esto lo soluciona un replanteamiento social – político – económico – efectivo y afectivo en relación a la educación. Las universidades tienen que revisar sus mallas curriculares con responsabilidad y con profesionales competentes y comprometidos.

Paloma Rodríguez G.

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