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Bases curriculares ¿ajuste o reforma curricular? el caso de la Historia, Geografía y las Ciencias Sociales

www.elmostrador.cl
 
Por: Rodrigo Henríquez Vásquez

La reciente llamada a consulta de las nuevas Bases curriculares propuestas por el Ministerio de Educación comienza con un mensaje de la Coordinadora de la UCE sra. Loreto Fontaine que señala: 

Cumpliendo con lo establecido en la LGE, durante el año 2010 la Unidad de Currículum y Evaluación se abocó a una revisión exhaustiva de las herramientas curriculares vigentes y de la variada experiencia internacional disponible en estas materias, con el fin de presentar a la comunidad educativa una primera etapa de nuevas Bases Curriculares para la educación básica (de 1° a 6° año básico). Esta propuesta, que recoge los avances del Ajuste Curricular anterior, incluye las asignaturas de Lenguaje y Comunicación, Matemática, Ciencias Naturales, Historia, Geografía y Ciencias Sociales, e Inglés. (el énfasis es mío)

Luego de leer la propuesta de Bases para el sector de Historia, Geografía y Ciencias Sociales (HGCS) surgen varias dudas. En primer lugar se observan notables diferencias con el ajuste anterior y se modifican significativamente unidades de objetivos y contenidos. De acuerdo a lo establecido en la LGE, el MINEDUC puede efectivamente realizar estos cambios pero queda la duda: ¿qué razón avala este nuevo cambio al curriculum justo cuando el anterior ajuste recién se está implementando? Y aunque fuese necesario ajustar de nuevo ¿dónde está la “variada experiencia internacional” que se utiliza?.¿cuáles son los argumentos?.

El anterior ajuste de marzo de 2009  proporcionó al docente de aula, al investigador(a) y al político(a) los fundamentos curriculares, didácticos e historiográficos de dicho cambios (que por cierto también son discutibles) Dicho ajuste fue el resultado de un proceso de evaluación que se prolongó por tres años que incluyó una amplia consulta entre el profesorado. A diferencia del anterior ajuste, la propuesta de Bases Curriculares no expone ninguna evaluación del ajuste anterior que avale la propuesta (resultados de aprendizajes, evaluaciones de prácticas de aula, evidencia nacional y extranjera, entre otros) Esto es de particular interés pues no se trata de un cambio pequeño: se trata de una REFORMA CURRICULAR dado que realiza importantes modificaciones al anterior ajuste. Efectivamente, la LGE permite ajustar y reajustar el curriculum. Este no es el punto, el punto es que el MINEDUC nos presenta una mala propuesta, incoherente y de baja calidad en relación a lo anterior y a lo bueno que hay en el mundo. Lo que necesitamos, y esperábamos de un organismo de Estado es justamente lo contrario, un propuesta de excelencia, de mejora efectiva de lo anterior, que como mínimo debe tener una estructura clara.

El anterior ajuste presentaba una organización y una consistencia bastante lograda. Lograba articular las partes del curriculum (contenidos, habilidades y objetivos Fundamentales Transversales) en una secuencia coherente (transversal y vertical) de conceptos, procedimientos y valores sociales. Así más menos se han elaborado los curriculums que funcionan bien en el mundo. Esto también lo recomienda la comunidad académica internacional: hay que presentar secuencias organizadas en torno a unidades temporales cronológicas y conceptuales coherentes. Las bases curriculares propuestas por el MINEDUC, van en la dirección contraria pues se desorganiza todo. Un ejemplo: en segundo básico se incluye como contenido la cultura mapuche, en tercero culturas orientales (China, India) junto a  Mayas Aztecas, en cuarto Egipto, Grecia y Roma antigua y en quinto la conquista de América. ¿tiene esta secuencia alguna coherencia?

Otro aspecto que ha llamado la atención de la comunidad historiográfica y educativa ha sido el objetivo primordial de la asignatura de Historia, Geografía y Ciencias Sociales: esto es la de aportar “pensamiento critico, rigor intelectual, perseverancia, exactitud y objetividad…”(pág. 86.) El problema no es el positivismo que rezuma el objetivo propuesto, discutible por cierto, si no la falta de perspectiva y profundidad de lo que se entiende por aprendizaje histórico. Una amplia revisión de lo investigado en el mundo y en Chile nos dice que aprender HGCS es adquirir un modo pensamiento histórico y espacial para vivir de la mejor manera en este mundo complejo, lleno de conceptos, procederes y valores que dan sentido a nuestras vidas. Estas herramientas nos aportan perspectiva y reflexividad ante el facilismo de “la primera respuesta que venga a la mente” ante situaciones de la vida personal y social. La HGCS aporta marcos conceptuales para comprender la complejidad del presente.  La propuesta del MINEDUC es, en este sentido, pobre y corta de miras justo cuando lo que necesitamos es un curriculum más exigente, creativo, mejor organizado, más simple, y enfocado en la cohesión social del presente y del futuro de los/as niños/as. La propuesta del MINEDUC reduce la complejidad histórica, espacial y social a un largo listado de contenidos vinculados a habilidades sin contexto: es la lógica de la instrucción. Como sabemos, los contenidos se olvidan sino están contextualizados ¿Por qué insistir en ello?

A nivel disciplinario la propuesta es obsoleta: se vuelve a insistir en una historia de personajes y fechas con habilidades desconectadas del contenido. Además presenta errores elementales como considerar que investigación es una habilidad distinta a la trabajo de fuentes” (pág. 87). Profesores de aula, historiadores e investigadores saben que la investigación supone el trabajo de fuentes, análisis e interpretación. Tampoco se presenta un modelo de desarrollo de los aprendizajes históricos como lo hicieron anteriores “Mapas de progreso” (y que presentaba una organización más coherente). En este aspecto la propuesta del MINEDUC presenta objetivos de aprendizaje simplistas, centrados en la memorización de contenidos, en el desarrollo de habilidades poco complejas y en la aplicación de una serie de normas para la sala de clases. No es un curriculum exigente ni de calidad internacional y en ningún caso mejora lo anterior: es un retroceso que debe ser rectificado.

En suma, nos encontramos frente a una mala propuesta, sin coherencia ni fundamentación curricular, didáctica e historiográfica. Invitamos a la Unidad de Curriculum y Evaluación a escuchar la comunidad académica y educativa (investigadores/as, profesores/as, historiadores/as) para pensar un curriculum de alta calidad, exigente, estable y que no sea voluble al gobierno de turno.

La reciente llamada a consulta de las nuevas Bases curriculares propuestas por el Ministerio de Educación comienza con un mensaje de la Coordinadora de la UCE sra. Loreto Fontaine que señala:

Cumpliendo con lo establecido en la LGE, durante el año 2010 la Unidad de Currículum y Evaluación se abocó a una revisión exhaustiva de las herramientas curriculares vigentes y de la variada experiencia internacional disponible en estas materias, con el fin de presentar a la comunidad educativa una primera etapa de nuevas Bases Curriculares para la educación básica (de 1° a 6° año básico). Esta propuesta, que recoge los avances del Ajuste Curricular anterior, incluye las asignaturas de Lenguaje y Comunicación, Matemática, Ciencias Naturales, Historia, Geografía y Ciencias Sociales, e Inglés. (el énfasis es mío)

Luego de leer la propuesta de Bases para el sector de Historia, Geografía y Ciencias Sociales (HGCS) surgen varias dudas. En primer lugar se observan notables diferencias con el ajuste anterior y se modifican significativamente unidades de objetivos y contenidos. De acuerdo a lo establecido en la LGE, el MINEDUC puede efectivamente realizar estos cambios pero queda la duda: ¿qué razón avala este nuevo cambio al curriculum justo cuando el anterior ajuste recién se está implementando? Y aunque fuese necesario ajustar de nuevo ¿dónde está la “variada experiencia internacional” que se utiliza?.¿cuáles son los argumentos?.

El anterior ajuste de marzo de 2009  proporcionó al docente de aula, al investigador(a) y al político(a) los fundamentos curriculares, didácticos e historiográficos de dicho cambios (que por cierto también son discutibles) Dicho ajuste fue el resultado de un proceso de evaluación que se prolongó por tres años que incluyó una amplia consulta entre el profesorado. A diferencia del anterior ajuste, la propuesta de Bases Curriculares no expone ninguna evaluación del ajuste anterior que avale la propuesta (resultados de aprendizajes, evaluaciones de prácticas de aula, evidencia nacional y extranjera, entre otros) Esto es de particular interés pues no se trata de un cambio pequeño: se trata de una REFORMA CURRICULAR dado que realiza importantes modificaciones al anterior ajuste. Efectivamente, la LGE permite ajustar y reajustar el curriculum. Este no es el punto, el punto es que el MINEDUC nos presenta una mala propuesta, incoherente y de baja calidad en relación a lo anterior y a lo bueno que hay en el mundo. Lo que necesitamos, y esperábamos de un organismo de Estado es justamente lo contrario, un propuesta de excelencia, de mejora efectiva de lo anterior, que como mínimo debe tener una estructura clara.

El anterior ajuste presentaba una organización y una consistencia bastante lograda. Lograba articular las partes del curriculum (contenidos, habilidades y objetivos Fundamentales Transversales) en una secuencia coherente (transversal y vertical) de conceptos, procedimientos y valores sociales. Así más menos se han elaborado los curriculums que funcionan bien en el mundo. Esto también lo recomienda la comunidad académica internacional: hay que presentar secuencias organizadas en torno a unidades temporales cronológicas y conceptuales coherentes. Las bases curriculares propuestas por el MINEDUC, van en la dirección contraria pues se desorganiza todo. Un ejemplo: en segundo básico se incluye como contenido la cultura mapuche, en tercero culturas orientales (China, India) junto a  Mayas Aztecas, en cuarto Egipto, Grecia y Roma antigua y en quinto la conquista de América. ¿tiene esta secuencia alguna coherencia?

Otro aspecto que ha llamado la atención de la comunidad historiográfica y educativa ha sido el objetivo primordial de la asignatura de Historia, Geografía y Ciencias Sociales: esto es la de aportar “pensamiento critico, rigor intelectual, perseverancia, exactitud y objetividad…”(pág. 86.) El problema no es el positivismo que rezuma el objetivo propuesto, discutible por cierto, si no la falta de perspectiva y profundidad de lo que se entiende por aprendizaje histórico. Una amplia revisión de lo investigado en el mundo y en Chile nos dice que aprender HGCS es adquirir un modo pensamiento histórico y espacial para vivir de la mejor manera en este mundo complejo, lleno de conceptos, procederes y valores que dan sentido a nuestras vidas. Estas herramientas nos aportan perspectiva y reflexividad ante el facilismo de “la primera respuesta que venga a la mente” ante situaciones de la vida personal y social. La HGCS aporta marcos conceptuales para comprender la complejidad del presente.  La propuesta del MINEDUC es, en este sentido, pobre y corta de miras justo cuando lo que necesitamos es un curriculum más exigente, creativo, mejor organizado, más simple, y enfocado en la cohesión social del presente y del futuro de los/as niños/as. La propuesta del MINEDUC reduce la complejidad histórica, espacial y social a un largo listado de contenidos vinculados a habilidades sin contexto: es la lógica de la instrucción. Como sabemos, los contenidos se olvidan sino están contextualizados ¿Por qué insistir en ello?

A nivel disciplinario la propuesta es obsoleta: se vuelve a insistir en una historia de personajes y fechas con habilidades desconectadas del contenido. Además presenta errores elementales como considerar que investigación es una habilidad distinta a la trabajo de fuentes” (pág. 87). Profesores de aula, historiadores e investigadores saben que la investigación supone el trabajo de fuentes, análisis e interpretación. Tampoco se presenta un modelo de desarrollo de los aprendizajes históricos como lo hicieron anteriores “Mapas de progreso” (y que presentaba una organización más coherente). En este aspecto la propuesta del MINEDUC presenta objetivos de aprendizaje simplistas, centrados en la memorización de contenidos, en el desarrollo de habilidades poco complejas y en la aplicación de una serie de normas para la sala de clases. No es un curriculum exigente ni de calidad internacional y en ningún caso mejora lo anterior: es un retroceso que debe ser rectificado.

En suma, nos encontramos frente a una mala propuesta, sin coherencia ni fundamentación curricular, didáctica e historiográfica. Invitamos a la Unidad de Curriculum y Evaluación a escuchar la comunidad académica y educativa (investigadores/as, profesores/as, historiadores/as) para pensar un curriculum de alta calidad, exigente, estable y que no sea voluble al gobierno de turno