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Con menos discursos y más acción se puede doblar el aprendizaje en ciencias

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Por: Lorena Guzmán H. 
 
Hacer participar a los alumnos aumenta su compromiso e interés en la materia y mejora el proceso de compresión desde los más chicos hasta los universitarios.  Una clase de física puede intimidar a cualquiera y más si se trata de una de nivel universitario. Pero 270 alumnos de la Universidad de British Columbia, en Canadá, pusieron a prueba durante una semana su capacidad de atención y comprobaron que perder la timidez tiene altas recompensas.
El resultado del experimento, que fue publicado por la revista "Science", demostró que la forma de presentar los contenidos es clave para aumentar el interés y el aprendizaje de los alumnos.
Como en televisión
Durante una semana, las distintas secciones de la clase fueron divididas en dos tipos de lecciones. En una, un profesor experimentado y con buena comunicación con los alumnos enseñó física de la manera tradicional. Mientras, la otra mitad asistió a clases interactivas donde las respuestas a los problemas se entregaban apretando botones a través de un sistema de votación parecido al utilizado en programas de televisión.
Los resultados sorprendieron. Los estudiantes de la clase interactiva se comprometieron casi el doble más que sus compañeros que asistieron a las lecciones tradicionales. Incluso, prácticamente doblaron en puntaje al otro grupo de alumnos en un test sobre conceptos físicos complejos. Pero además de eso, los estudiantes "interactivos" aumentaron su asistencia a clases en 20% durante el experimento.
"Esta es una evidencia abrumadora de cuánto la pedagogía basada en la psicología cognitiva y la investigación pueden mejorar la enseñanza de la ciencia", dice Carl Wieman, físico ganador del Premio Nobel, co-autor del estudio y actualmente asesor de la Casa Blanca en temas de ciencia.
"Aunque los estudiantes tuvieron que poner más esfuerzo en encontrar las soluciones de los problemas, se sentían mucho más conformes consigo mismos", agrega Ellen Schelew, la profesora que se hizo cargo de las clases con interacción.
Marcelo Garrido, coordinador del postítulo en Ciencias Naturales de la Facultad de Educación de la Universidad Diego Portales, cuenta que desde 2002 estudiantes de ensañanza básica en varias regiones del país están aprovechando las bondades de la interacción. "Trabajando en grupos los alumnos pueden construir el conocimiento entre varios, donde el profesor es un mediador de las actividades y discusiones", dice Garrido.
Esa forma de trabajar, explica, produce una discusión entre pares y cambia el foco del estudio, exactamente lo mismo que hizo el experimento de British Columbia.
Además de los objetivos que medían el compromiso, la asistencia y el resultado en las pruebas, "también observamos cómo estos distintos métodos de enseñanza animaban mucho más a los alumnos, generando un gran ambiente de aprendizaje", asegura el líder del estudio, Louis Deslauriers.
De chicos a grandes
Ese ambiente originado por el interés tiene que ver directamente con la capacidad de absorción del conocimiento. "Cualquier metodología que implique trabajo en equipo, planeación, ejecución y conclusión estará desarrollando un pensamiento superior y un aprendizaje profundo y permanente", explica Luz María Budge, decana de Educación de la Universidad Finis Terrae. "Con las ciencias esto es tal vez más evidente, pero también se aplica a otras asignaturas y son muchos los currículum que, de una u otra manera, se desarrollan con estas metodologías".
Independiente de la edad, continúa Luz María Budge, un aprendizaje activo es un aprendizaje en que el alumno se involucra no como espectador, sino como actor. "Los niños mas chicos reaccionan a la curiosidad; los adolescentes y universitarios, al desafío", asegura. Por eso la interacción puede ser transversal en la educación.
Un ejemplo de ello, dice Marcelo Garrido, es que el mismo plan de trabajo en grupo para la enseñanza básica -donde se busca reproducir el mismo proceso que los científicos vivieron para lograr el conocimiento- se implementaría en la educación media.
La importancia de ello radica en que durante el proceso "no sólo se aprenden los contenidos, sino que también se aprende a escuchar y a comunicarse, además de trabajar y colaborar en grupo".
 Todos aprenden
El experto en educación de ciencias de la UDP, Marcelo Garrido, cuenta que en una investigación encargada por el Ministerio de Educación en 2009 a la unidad de investigación Implementa, descubrió que los alumnos no son los únicos que ganan con la interacción. "Los profesores también mejoran sus estrategias didácticas", comenta. "Ellos aumenta la calidad en la gestión del conocimiento porque son capaces de planificar mucho mejor las clases. Otra cosa que también mejora es la forma de mediar la colaboración entre los alumnos". Aunque aún no hay una medición efectiva del incremento en el aprendizaje de los alumnos, este avance en la creación de un escenario óptimo en el aula asegura la adquisición de conocimiento, argumenta.


Competencias y prácticas

"No existe aprendizaje de habilidades sin conocimiento, y tampoco sirve el conocimiento que no se arraiga en competencias y en desarrollo de pensamiento".
Luz María Budge
Decana de Educación de la U. Finis Terrae
"Estas técnicas ya han sido probadas...pero con este experimento tenemos datos fiables sobre lo bien que funcionan realmente".
Carl Wieman
Asesor de la Casa Blanca en temas de ciencia
"Esta forma de enseñar ciencia democratiza los procesos de aprendizaje en el aula".
Marcelo Garrido
Facultad de Educación de la U. Diego Portales