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Clase magistral

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José Zalaquett


El concepto de clase magistral ha ido perdiendo su sentido originario. Hoy es sinónimo de una clase universitaria discursiva en lugar de activa. En cambio, en su acepción estricta, clase magistral o masterclass es una sesión de trabajo entre un reconocido maestro - generalmente de música o artes escénicas - con uno o más estudiantes de nivel avanzado y, con frecuencia, en presencia de espectadores. Se supone que el docente debe presenciar las interpretaciones de los estudiantes e irles señalando sus puntos fuertes y débiles, demostrándoles con ejemplos cómo pueden perfeccionar su desempeño e iluminando, de paso, puntos clave de técnica y teoría.

Hay maneras equivocadas de enseñar, entre ellas que el maestro busque perpetuar su personalidad en los discípulos, tratando de forjarlos a su propia imagen, o bien que se erija a sí mismo como modelo brillante e inalcanzable. El cine nos ofrece ejemplos de ambas modalidades. En "El Maestro de Música", el bajo-barítono José van Dam, representa a un célebre cantante ya retirado que toma bajo su protección a dos promisorios jóvenes, una soprano y un tenor, los lleva a vivir con él y les dedica todo su tiempo, modelándolos cual Pigmalión. En "Sonata de Otoño", de Ingmar Bergman, una célebre pianista interpretada por Ingrid Bergman, llega de visita a casa de su hija ya casada (Liv Ullman) de quien se ha ocupado poco, por haberse dedicado por entero a su carrera. En la primera velada juntas, a pedido suyo, su hija toca para ella, con mucha reticencia, una pieza musical. La madre la alaba tibiamente y luego se sienta al piano a demostrarle cómo debe interpretarse esa composición, apabullándola con la abrumadora diferencia de talento y técnica.

En la vida real se da una gran variedad de estilos de clases magistrales. En Internet se pueden apreciar numerosas muestras (sugiero tipear en youtube.com la palabra masterclass). Algunos maestros son condescendientes; otros tratan de divertir al público presente; unos terceros siguen el modelo de "Sonata de Otoño" y empequeñecen a los que toman sus lecciones...

En toda esta diversidad, a mi juicio Daniel Barenboim, el gran pianista y director de orquesta israelí, de origen argentino, es quien dicta las clases magistrales más iluminadoras. En cada sesión, trasmitida por el canal de cable People and Arts, comparece un joven pianista, quien toca una pieza mientras Barenboim escucha sentado frente a otro piano, todo ello en presencia de un público conocedor y respetuoso. Junto con destacar las virtudes de la interpretación, el maestro le va indicando al discípulo, didáctica y constructivamente, los aspectos que podría perfeccionar. Ilustra sus palabras ejecutando él mismo los pasajes respectivos, en distintas modalidades posibles. Lo notable es que a la manera de un verdadero educador (la raíz de "educar" significa conducir hacia fuera lo que está dentro del alumno, a diferencia de "instruir", cuya raíz denota la idea de inculcar algo), enfrenta a los discípulos con la necesidad de que sean coherentes con su propia visión. Los invita a tomarse libertades, pero dentro del rigor; les hace ver la relación entre música y silencio; les explica el sentido de los pilares fundamentales del ritmo, la armonía y la melodía y sus interrelaciones. Todo ello, dicho en tono conversacional, con entera claridad y con una sapiencia empática, nunca impositiva.

Sus clases magistrales no versan sólo sobre música, sino también sobre el arte de enseñar y sobre la verdadera naturaleza de una de las más nobles relaciones humanas: la de maestro y discípulo.

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La raíz de "educar" significa conducir hacia fuera lo que está dentro del alumno.