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Universidad del Mar: Otra vez la mala Educación

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Lo que está sucediendo hoy con la Universidad del Mar es verdaderamente intolerable como hace más de un año con el despertar del movimiento estudiantil, como hace más años con los pingüinos, y como hace ya muchísimos años con el aguante que hemos tenido como sociedad con las políticas “modernizadoras” de Pinochet y las políticas “reguladoras” de la Concertación.

El gran libro de Elizabeth Simonsen, “La Mala Educación. Historia de la Revolución Escolar”, que viene de salir de las imprentas es efectivamente un “gran libro” porque nos ayuda a tomar una perspectiva mucho más racional del malestar que en apariencia parecía pura emocionalidad, es un gran libro por nos aporta un montón de datos objetivos cuando pensábamos que las quejas eran pura subjetividad, es un gran libro, finalmente, porque calibra todos los prejuicios relativistas en uno sólo y, digamos, absoluto: la mala educación en Chile tiene desde sus raíces hasta la última de sus hojas (¿qué decir del tronco?) la nefasta nervadura del mercado, sus manotas invisibles con garras de halcón.

¿Es mentira que la Concertación terminó por chutear la Educación Pública fuera de la cancha de los derechos garantizados para todos los chilenos? ¿Es verdad que Jorge Arrate, Ministro de Educación de la época concertacionista, y después, candidato de la izquierda, es verdad que fue él quien radicalizó el lucro en la educación pública al infinito y más allá?

Lea pues el libro. No viene mal recordar aunque duela. Finalmente se cumple -con la educación- el viejo aforismo parriano “la derecha y la izquierda, unidas, jamás serán vencidas”. Ya, con un año de movilizaciones estudiantiles a cuestas, no se va a asombrar de nada, o lo que es lo mismo, se va a irritar por todo. 

De todas maneras pasa algo extraño con la irritación al leer el libro. Se trata de irritación que aparece al darnos cuenta que no estamos hablando de cifras y números simplemente. El libro avanza por un lado objetivista mostrando cifras y números. Pero el libro entrelaza al mismo tiempo historias de vida, subjetividades de actores estudiantiles, adolescentes y jóvenes que inspiran pura irritación por contraste, porque sus vidas están atravesadas por todo lo mal que se ha hecho en educación.

No es un libro que irrite solamente por la objetividad de la historia de una educación fracasada; es un libro que irrita porque nos vuelve mucho más empáticos con familias, adolescentes y jóvenes pobres que a puro esfuerzo tratan de zafarse de la desgracias de sus cunas de origen y del destino de la mala educación que, por desgracia acumulada, les toca en mala hora.