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Lecciones con la cacerola

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En la madrugada, los cacerolazos se extendieron por las plazas de Santiago y en ciudades como La Serena, Valparaíso, Temuco y Concepción. El gobierno volvió a llamar al diálogo, pero al mismo tiempo rechazó las demandas planteadas.


El gobierno chileno reafirmó ayer que no accederá a la demanda estudiantil para establecer la gratuidad de la educación superior. El anuncio vino un día después de otra gran manifestación callejera de los estudiantes, que cumplen casi tres meses de protestas. En tanto, el Partido Comunista vaticinó el fin de un modo de gobernar en Chile.

“Respecto de la educación gratuita que se ha planteado, quiero decir con responsabilidad que no podemos darles educación superior gratuita a todos los chilenos”, dijo el ministro de Educación, Felipe Bulnes. “Es una política incorrecta, ya que los sectores más acomodados no tienen por qué no pagar su acceso a la educación”, dijo el funcionario. En la madrugada, los cacerolazos se extendieron por las plazas de Santiago y en ciudades como La Serena, Valparaíso, Temuco y Concepción.

La convocatoria estuvo a cargo de la Confederación de Estudiantes de Chile. Estudiantes del colegio Rai Mapu (de donde proviene la líder estudiantil Camila Vallejo) aseguraron que la lucha la van a llevar hasta el final, para que Piñera entienda que la educación no se maneja como un supermercado. Una estudiante llamada Catalina dijo que seguirá la lucha, mientras blandía cacerolas. “Incluso si tenemos que perder el año, lo vamos a perder, pero esta lucha ya la empezamos y la vamos a terminar ganando”, dijo la joven.

Llamó la atención la presencia en la protesta de familias completas que parecen haber asumido como un ritual la convocatoria en la que todos los días, hace dos semanas, el reclamo cobra vida nocturna.

Claudio, que tiene dos hijos en la universidad, estuvo todos los días de la última semana cacerola en mano y sufrió varios embates policiales, que con bombas lacrimógenas y carros hidrantes intentaron sofocar las protestas en este sector de la ciudad. “Quizás hoy haya menos gente, pero el frío contribuyó a eso”, dijo el hombre.

Mientras tanto, el gobierno, obligado a nombrar tres gabinetes en año y medio de gestión, pidió nuevamente abrir el diálogo a los estudiantes, apremiado sobre todo por el deterioro de la salud de un grupo de más de 30 adolescentes secundarios en huelga de hambre desde hace 32 días. Para la próxima semana los estudiantes planean sumarse a un paro nacional convocado para el 24 y el 25 de agosto por la Central Unitaria de Trabajadores, la mayor asociación gremial del país. El jueves, más de 50.000 personas marcharon en Santiago bajo una intensa lluvia y frío.

Por su parte, el diputado comunista y titular del PC de Chile, Guillermo Tellier, dijo que el descontento social existente en el país viene desde tiempos de la Concertación. Para el diputado, éste quedó patente en las elecciones presidenciales de marzo del año pasado, en las que el conservador Sebastián Piñera se alzó con el triunfo frente al candidato de la Concertación, la coalición de centroizquierda que gobernó el país desde la recuperación de la democracia.

“Ese descontento le costó a la Concertación perder el gobierno y desafortunadamente muchos pensaron que la derecha podría ser el cambio para solucionar los problemas de fondo que tenía el país”, apuntó Tellier. Sin embargo, la popularidad del presidente Piñera ha caído hasta mínimos históricos, acuciada por protestas sociales por temas tan variados como la construcción de una central hidroeléctrica en la Patagonia o el reclamo de una educación pública gratuita y de calidad.

El presidente del PC dijo que la persona que pretenda convertirse en el próximo presidente de Chile no podrá dejar de lado las demandas que están en la calle. Una de ellas es establecer la figura del plebiscito como instrumento para dirimir los grandes temas en los que no haya acuerdo en el Parlamento. “Es un sentimiento absolutamente mayoritario en el país”, dijo Tellier, quien subrayó que todos los partidos de la Concertación se mostraron favorables a la convocatoria de un plebiscito para resolver el problema acuciante de la educación en Chile.

El presidente del PC, que desde las últimas elecciones cuenta con tres diputados en el Parlamento, también se mostró a favor de redactar una nueva Constitución. Para Tellier, la nueva Carta Magna debería elaborarse del modo más democrático posible, preferentemente a través de una asamblea constituyente, aunque dejó claro que con el Parlamento actual es imposible. “La nueva Constitución debería modificar la institucionalidad política vigente, dirigida a sostener un modelo neoliberal, y defender la soberanía económica de Chile”, afirmó el diputado.

El líder de los comunistas chilenos precisó que no propone una Constitución de carácter socialista ni inspirada en la de otros países. “Queremos un texto que nos represente a nosotros y a nuestras necesidades”, aseveró el diputado.